persona
nombre: Miranda
poder: altamente fotogénico, ser la niña mimada de todos los amigos fotógrafos y aficionados.
error: no comer chocolate. ok, es democrática y te permite comerlo, pero qué mejor que compartirlo!
lugar: centro, alrededores de plaza de mayo, domingo con veneración a alguna deidad incluida.
blondie
vi Gran Torino. no me gustó, falta de sutileza, sobre todo principio y final. igual a Clint lo banco, viejo, joven, estoy muy de acuerdo con él. nota mental: darle muchas más oportunidades al spaghetti western.
el cuchillo
hoy escuchamos a estos muchachos:
que hicieron este disco tan bueno para mover el piecito al ritmo del electromovimiento:
ok
Ok, ok, creo que Weird fishes/arpeggi es uno de los temas más hermosos de la historia de la música. Hoy lo firmo y afirmo.
el borrador
The eraser - Thom Yorke
Mi cruzada es porque todos ustedes escuchen este disco. Sean quien sean, da igual. Es genial, no me despego del todo de él hace meses, y si bien corto, aún no me aburre. Y tengo la sensación que ya se lo recomendé a un montón de gente que no hizo más que poner la mente en blanco y/o olvidarlo al instante. Por eso apelo a su memoria visual, luego la auditiva hará el resto. Insisto en que insistan aquellos que sólo lo escucharon una vez, todos sabemos que la mayoría de las veces una no alcanza.
Cómo se le decía a esto en la secundaria? texto expositivo/argumentativo? escúchenlo putos?
Él se puede recostar en su bañera tranquilo y vestido porque hizo esta
y muchas otras maravillas, quién pudiera!
safari fotográfico por Little Britain
La casualidad y mi ojo mocho (el cual me mandó a la guardia del Alemán por segunda vez en una semana), hicieron que nos encontráramos mi cámara, esa luz* y yo, espacio-temporalmente en Little Britain, hermoso pedacín de Buenos Aires, también conocido como "La Isla".
Las alimañas que querían alimentarse con mi sangre hicieron del improvisado sacar de fotos todo un safari, con la consecuencia del molesto escozor en brazos, hombros y espalda.
Y empezó a oscurecer...
* suele suceder cuando llovió en el día y paró de llover al atardecer. No fue este el caso, que es más raro aún, en el cual llueve después o nunca. Lo particular es el color de la luz, entre rosa y naranja, muy cálido, luminoso y como aterciopelado. Hice lo que pude con la cámara para captarlo.
libro
Quizás hayan visto ustedes a mi madre bailando un vals sobre la pista de hielo del Rockefeller Center. Tiene ahora setenta y ocho años, pero es delgada y vigorosa, y lleva un traje de terciopelo rojo con falda corta. También usa medias de color carne, gafas, una cinta encarnada para sujetarse el pelo blanco, y baila el vals como uno de los empleados de la pista de patinaje. No sé por qué me desconcierta tanto que baile el vals patinando sobre hielo, pero lo cierto es que así es. Siempre que está en mi mano procuro no acercarme a esa zona durante los meses de invierno, y nunca como en los restaurantes que hay junto a la pista. Una vez, cuando cruzaba por allí, un desconocido me cogió del brazo y, señalando a mi madre, dijo: "Mira a esa vieja loca." Fue una situación muy embarazosa. Supongo que debería felicitarme por el hecho de que se divierta sola y no sea una carga para mi, pero a decir verdad preferiría que hubiese elegido otra ocupación menos llamativa. Siempre que veo a simpáticas ancianas arreglando crisantemos y sirviendo el té, pienso en mi propia madre, vestida como las encargadas de los guardarropas de los night clubs, girando sobre el hielo de la mano de un asalariado en el centro de la tercera ciudad más poblada del mundo.
John Cheever, El ángel del puente, Relatos II
